No sé cómo escribir lo que tengo dando vueltas...
Actualmente el mundo nos hace preocuparnos en extremo de la forma en que nos vemos. Aunque suene repetido, todos los día estamos bombardeamos de imágenes de "bellas personas" y que nos dejan en claro que "tenemos" que ser así... cualquier otra apariencia que no se le parezca, tiene un serio problema... Y nos dejamos afectar por eso. Aunque no lo queramos, está en el inconsciente colectivo que nuestro cuerpo es bello sólo con determinadas proporciones... y color y textura de la piel, el color de ojos, el color del pelo, etc.
¿No se cansan de eso? Yo sí. Me canso de que esté presente la idea y me canso de tener esa presión encima. Es una estructura más sobre la cual tengo que moverme... Mal.
Por esto días también me he dado cuenta lo mucho que me gusta la música, escucharla. Cuando escucho cierta música siento cómo todo mi cuerpo y mi ser vibran de la emoción, se estremecen; me dan ganas de bailar, de cantar, me alegra la vida; y otras veces me lleva a conectarme con lo que estoy sintiendo... Descubrí esta semana que los sonidos son muy poderosos...
Luego empezó mi "craneo" sobre los sentidos... Adoro la música, pero no la veo. Es hermosa, cada una en su estilo. Por su puesto que hay música que me gusta más que otras y algunas que definitivamente no me gusta escuchar, pero hay para todos los gustos...
Por otro lado tenemos los sabores... ¿a quién no le gusta comer algo rico? Y, creo que nadie me puede discutir que la comida siempre es más rica cuando está preparada con cariño... Más allá de la receta, la intención a menudo hace magia.
Para que hablar de los aromas... increíbles. Por algo los perfumen son tan caros, no?
El tacto... un beso, un abrazo... una mano en el hombro. Una mano en el lugar adecuado en el momento preciso. La presión, la calidez... el calor. Hay veces que sólo una simple palmadita nos dice todo el mundo que hay detrás de la mano que la lleva a cabo. Y nos hace reaccionar...
Y lo mejor fue cuando me di cuenta al fin, que somos más que lo que nos entra por la vista. Somos como la música, una rica comida, el perfume perfecto, con el tacto y la textura precisa... Todo esto sin mencionar "el sexto sentido"... Cuando nuestra sola presencia logra transmitir quiénes somos, cómo estamos. Hay personas que al entrar a un lugar lo iluminan todo; hay otras que sólo por el hecho de estar nos causan una enorme paz; otras nos hacen reir hasta más no poder (y no necesariamente porque se pongan a hacer de payasos); con otras podemos conectarnos con su pena, o con la rabia, el odio que transmiten sólo con la presencia. El tono de voz, el volumen...
En fin, puedo estar eternamente describiendo diversas características de muchos aspectos y probablemente igual no podría abarcarlo todo. Quiero decir que somos mucho más que lo que entra por la vista. Y si para alguien somos sólo eso... de verdad es importante?
Tenemos que maravillarnos de nosotros mismos... de nuestros colores, nuestro aroma (igual hay que bañarse, por favor no me malinterpreten), nuestra textura, nuestro sabor, nuestros sonidos (de nuevo, no me malinterpreten)... todo lo que manifestamos demuestra quienes somos. ¿Estamos lo suficientemente atentos para percibir a los demás también?