Hace unos años me llegó este mensaje... Misteriosamente hoy, lo volví a ver. Apareció como un papel sin mayor importancia, que no despertaba gran interés. Ay cómo lo necesitaba en ese momento!
Si te encuentras al punto de explotar, mentalmente silencia unos instantes para pensar.
Si el motivo es la molestia en el propio cuerpo, la intranquilidad trae lo peor.
Si la razón es la enfermedad en la persona estimada, tu desajuste es factor agravante.
Si has sufrido perjuicios materiales, la reclamación es una bomba retrasada, lanzando hecho nuevo.
Si perdiste algún querer, la queja te tornará una persona menos simpática junto a otros amigos.
Si dejaste alguna oportunidad valerosa para atrás, la inquietud es desperdicio de tiempo.
Si contrariedades aparecen, el acto de irritarse te alejará el concurso espontáneo.
Si cometiste un error, el desespero es puerta abierta a faltas mayores.
Si no conseguiste lo que deseabas, la impaciencia hará más larga hacia el objetivo a alcanzar.
Sea cual sea la dificultad, conserva la calma, trabajando, porque, en todo problema, la serenidad es el techo del alma, pidiendo el servicio por solución.
André Luiz